sábado, 13 de enero de 2007

Cuatro días

Como en lo que he quedado con mi dietista es en volver cada semana, voy a esperar hasta ese día para comentar los resultados de mi intento por adelgazar. Sin embargo, no he podido resistirme a escribir este post por la satisfacción que me embarga cuando me paro a pensar que llevo ya la friolera de cuatro días a plan.

Cuatro días en los que no he sentido ningún tipo de ansiedad ni añoranza por los deliciosos embutidos que en cantidades ingentes -siempre acompañados de una barra de pan cocida a última hora de la tarde- me metía entre pecho y espalda cada noche. Pero no solo eso me sorprende, lo más llamativo no es que no me haya salido ni un ápice de la dieta, si no que las verduras y pescados me han resultado hasta apetecible y sabrosos.

Ah! pero aún hay más. Cuatro días sin una cervecita, ni un vinito, ni un güisquito. Ni si quiera un triste vaso de gaseosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario